Varios turistas que han visitado recientemente el municipio de Palestina, Caldas han manifestado su inconformidad ante las dificultades para estacionar sus vehículos. A esto se suma una señalización deficiente en algunas zonas del casco urbano, lo que genera confusión entre los visitantes y, en algunos casos, ha derivado en comparendos impuestos por agentes de tránsito.
“Llegamos con la idea de conocer el pueblo y apoyar el turismo local, pero nos encontramos con la sorpresa de que no hay lugares visibles para parquear. Además, las señales no están bien ubicadas o simplemente no existen, y aún así nos impusieron una multa”, relató Andrés Rueda, turista proveniente de Medellín.
Según varios testimonios, no es que haya demasiadas zonas de prohibido parquear, sino que la señalización es escasa o poco visible, lo que deja al visitante en una especie de “zona gris” legal. Esto, lamentablemente, ha sido aprovechado por algunos agentes de tránsito que aplican comparendos sin brindar mayor orientación.
“Uno respeta las normas, pero si no hay una señal clara, ¿cómo vamos a saber que no se puede parquear? Parece más una oportunidad para multar que para educar”, expresó Mariana Torres, visitante de Cúcuta.
Esta situación no solo afecta a los turistas, sino también a los comerciantes locales, quienes ven cómo la falta de soluciones en temas de movilidad está alejando a quienes dinamizan la economía del municipio.
“Cada día se siente menos gente llegando al pueblo. Los turistas se van rápido o ni siquiera entran porque no tienen dónde dejar el carro. Y si no hay turismo, no hay ventas”, comentó don Álvaro, dueño de un restaurante tradicional en el centro de Palestina.
Desde la comunidad, se hace un llamado respetuoso a las autoridades municipales y de tránsito para que se tomen medidas concretas: señalización adecuada, zonas de parqueo seguras, y una estrategia que priorice la pedagogía antes que la sanción, especialmente con los visitantes que llegan por primera vez.
“Palestina es un pueblo pequeño pero hermoso, con mucho potencial turístico. En vez de poner trabas, deberíamos aprovechar cada visitante para mostrarle lo mejor que tenemos. Pero eso empieza por recibirlo bien, no por multarlo”, señaló doña Marta, artesana local.
El orden y el respeto por las normas son fundamentales, pero también lo es el turismo, que hoy representa una fuente clave de ingresos para muchas familias palestinenses. Con voluntad y gestión, es posible encontrar un equilibrio que beneficie a todos.